lunes, 23 de julio de 2007

Tan roja como imponente



En menos de una semana haré una foto como ésta. La Plaza Roja, símbolo de Moscú y de toda Rusia, luce ante la mirada sorprendida del visitante las cúpulas con forma de cebolla de la catedral de San Basilio, el mausoleo de Lenin, las lujosas tiendas GUM, el celebérrimo y simbólico Kremlin, la catedral de Kazan... Contrariamente a lo que se piensa, el nombre de Plaza Roja no es que ha sido un resquicio de nostalgia de la época comunista. Se trata de una denominación acuñada en el siglo XVI (cuando ni el comunismo ni Marx ni su simbología roja existían aún). Krasnaya Ploschad en ruso (Красная площадь, en caracteres cirílicos), significa Plaza Roja pero también Plaza Bonita, tanto por los colores de los ladrillos de los edificios que la circundan como, si tenemos en cuenta el otro significado, por la belleza de los monumentos, iglesias y palacios que hay alrededor. Esta Plaza Roja o Bonita es el verdadero núcleo de la ciudad, desde allí parten todas sus calles principales, las avenidas-anillos que la circundan, los guías turísticos asientan allí su punto de partida, es el centro geográfico de la ciudad, pero también el centro económico, político e histórico de una tierra que abarca medio planeta.

Esta semana, la última antes de la partida, es la semana del equipaje. Tengo que comprar algunas cosas más, hacer la mochila e intentar que no pese más de quince kilos (aunque es una misión demasiado complicada, si tengo en cuenta todo lo que recopilé hasta ahora). Y la semana en la que, seguramente, no pegaré ojo. Por los nervios, por los más de quince quilos de la mochila y por las ganas de comprobar, al fin, cuánto de rojo y de bonito tiene esa famosa plaza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tendrá mucho de rojo y de bonito la plaza; todo depende con el cristal con que se mire, y los tuyos tienen el aumento exacto.
Val